El perfume que dejamos a nuestro paso, la repercusión de la fragancia que desprendemos en nuestra actividad diaria y la importancia de su alineación con nuestros valores
Llevaba todas las vacaciones navideñas pensando, preguntándome e intentando plasmar lo que es la Marca Personal para mí.
Tratando de expresar en una palabra lo que en mi opinión condensan esos dos vocablos… Marca Personal, Marca Personal, Marca Personal…
Tengo y tenía bastante claro lo que es y lo que era pero me costaba plasmarlo… Huella, palabra, fama, influencia… Al final lo que pienso que más lo define en un solo concepto es el perfume.
La fragancia que dejas cuando te vas, el aroma que dejas cuando no estás, el perfume que desprendes cuando hablas o cuando escribes, cuando te expresas con palabras, cuando gesticulas, el poso que dejan tus actos…
Lo que te hace y te posiciona de una determinada manera… La esencia…
Me encanta la palabra perfume, esa palabra tan sensual, tan relacionada con los sentidos que todos tenemos y disfrutamos.
El aroma que todos dejamos en mayor o menor medida y que está en nuestras manos que sea un recuerdo memorable, perdurable o que por el contrario sea colonia a granel que dura apenas unos segundos.
Presencia en el tiempo, duración, elasticidad, impacto…
Como bien escribía Suskind en su libro El Perfume «En el recuerdo todos los perfumes son imperecederos»
Está en nuestras manos la gestión de esa fragancia y que sea sostenida en el tiempo.
Que nuestra actitud y nuestras acciones tengan un impacto duradero y perdurable en nuestras relaciones y en los lugares en los que estemos y por supuesto que nuestra esencia permanezca cuando faltemos.
Es importante que el aroma que dejemos a nuestro paso se convierta en certeza, que nuestros valores queden plasmados en una esencia que pueda inspirar y servir de ejemplo, que tengamos un perfume que atrape a nuestro paso y nos haga y convierta nuestra presencia en duradera.
Aportando valor con nuestros impactos, con nuestra actividad diaria, creando, sintiendo, diciendo y actuando…
Está claro que se trata de hacer, de expresar, de actuar, de que nuestra impresión no se quede en nuestro fuero interno.
Hay que mostrar(se) , hay que interaccionar en el día a día, hay que ayudar, hay que preguntar, hay que agradecer, hay que ser para poder estar… Ser expresando, ser aportando, ser sumando.
No limitarnos a ser clónicos sino dar otro paso al frente en nuestras actividades, en nuestras relaciones… Siempre dando/creando/aportando valor.
Coherencia, honradez, honestidad, lealtad … Valores.
Valores que deben ser premisas básicas en la gestión diaria de nuestra Marca Personal. Pero en todo momento, en Redes Sociales, en la calle, en casa, con los amigos… Mundos virtuales y reales 1.0, 2.0, 3.0…
Al final todo ese perfume, toda la fragancia reducida y amplificada por los valores que tenemos.
En palabras de Alexia Herms «Las notas de base son tus valores y el aroma la huella que dejas en los demás»
Valores que delimitan y amplían por partes iguales la gestión de nuestra Marca Personal y nos empujan a ser y no a estar.
Tenemos que irradiar una fragancia que hable de nosotros, que sea reconocible, que nos haga perdurables, que nos convierta en elegibles (Jordi Collell) y nos permita estar cuando nos hayamos ido, que nos haga ser cuando necesitemos estar.
Lograr que en medio de la gente nuestro aroma sea el que se perciba.
Cierro este post con una gran cita de Alfonso Alcántara «Marca es el perfume que usas, reputación el olor que dejas»
Oler, ser, permanecer… Marca Personal
Vídeo Los Secretos «Gracias por elegirme»
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