Hay que decir que no, ¡¡¡siempre!!!

Suena fuerte la frase con la que titulo el post. La acabo de leer en una entrevista a Raphael en Jot Down. Hay que decir que no, siempre… Y me pongo a  pensar, ¡Vaya sobrado! Este de qué va… e ideas similares…Pero ya puesto me pongo a leer su entrevista esperando al menos alguna bifurcación en la misma que me haga volver a la realidad y para nada… Además me va enganchando cuando suelta perlas tipo «Siempre he hecho lo que he querido hacer»… Cuanto más leo más me va gustando.

Coge sentido la asertividad que proclama (palabra clásica que cada vez meten más con otras novedosas y sobrevaloradas como procrastinación, poner en valor, feedback y demás). Como conclusión sacas que hay que decir que no más a menudo si no quieres que te traten como un mindundi, y son beneficios que vas a sacar para ti en tiempo, en disfrute o en cualquier variante ociosa que te puedas plantear.

El decir no va inherente a nuestros orígenes, y nos remonta a las primeras palabras que dicen los niños, si, no, papá, mamá y similar (ahora ya los tiros y la evolución natural van más con Playstation, Nintendo, Tik Tok, Instagram…) Habrá que analizar semánticamente lo que los niños entienden y sacan de estas palabras…

Pero vuelvo a la asertividad, en mi opinión entre el sí o el no, el aprender y sobre todo decidirnos a decir más que no, solo nos puede traer beneficios. En esto discrepo con Camus desde mi profunda ignorancia. No creo que sean tan idéntico los significados del si/no como el escritor francés planteaba en alguna de sus obras (El revés y el derecho).

Decidirnos a decir que no, nos refuerza en nuestra independencia, nos posiciona ante otras personas y sobre todo potencia nuestra personalidad. Muchas veces nos encontramos ante encrucijadas y decir que no, fomenta y tonifica nuestra coherencia y nuestra honestidad. No se trata de decir que no a todo ni a todos pero si a marcar distancias en momentos concretos y sobre todo a tener nuestro halo de independencia y nuestro propio espacio.

Decir no es por otro lado cuestión de valores (para aquellos que los tengan), no se trata de romper nuestro altruismo ni nuestras ganas de cooperación pero si de limitar el derroche ilimitado de nuestra energía.

Decir que no no implica sentirse más o menos querido o apreciado o valorado, para nada. Significa poner tus valores por delante y no dejarse invadir en la individualidad que todos tenemos.

Tenemos que trabajarlo más, e insisto que mucho más. La mayoría de las veces nos pasa por no priorizar, por no discernir lo urgente de lo importante (de los demás, lo nuestro lo tenemos claro). Incluso por no decir que no, pasamos de tratar asuntos superfluos a darle la relevancia que no se merecen.

Entonces ¿qué hacer? Primero parar (Stop & Go)…Pensar, madurar las cosas y sobre todo saber que si hay que decir que no a alguien se le dice, sin perder la sonrisa y con buenas palabras y sin perder las formas. Pensar más y ser más estratégicos, parece fácil… (te dejo link de un post de David Barreda al hilo del business ¿Dónde estoy poniendo mis huevos)

Como actitud, saber negarnos es fundamental para nuestro crecimiento. Hay veces, quizás demasiadas, que nos metemos a bucear en temas banales que solo nos producen pérdidas de tiempo, precisamente tiempo es lo único que nunca vamos a recuperar. Seamos proactivos en la gestión del no, deleguemos con confianza actividades y decisiones que no nos aportan ni tampoco aportamos nada.

Al hilo de esto hay un post de Francisco Alcaide «50 tips para mejorar tu productividad» y uno era que para ser productivo hay que aprender a decir que no y hacerlo con asiduidad. Os dejo el link al artículo ya que precisamente más de la mitad de los tips tienen que ver con la asertividad y su relación sobre nuestra productividad.

Al final es un hábito a trabajar y tenemos que asumirlo. No somos más buenos ni mejores por decir que si a todo. La manera en cómo te marcas tus límites define tu autoconfianza y, cuando gestionas personas, mejorar la asertividad hace que mejores tú y tu equipo (se logra más desarrollo competencial y se mejora la eficacia en distintos campos como en autonomía, en liderazgo…)

Aprendamos a ponernos límites, al final redunda en nosotros.

Fotos: Pexels.com y Bing

Canción: Raphael (Mi gran noche)

¿Equidistancia o equilibrio? Razones para ponerte en valor

 

Estar o no estar? Trabajar y gestionar o quedarte parado? Acelerar o frenarse? Dicotomías tan variadas como el día y la noche.

A qué viene esta entrada? A un post que leí hace un par de meses de Fran Segarra y Elena Arnáiz en el que se me grabó una frase «De la opcionalidad a la necesidad de gestionar nuestra Marca Personal»

Comparto totalmente la frase. Estamos en un momento en el que hay que diferenciarse, en el que tenemos que crecer, en el que formarse (autoformarse), en el que hay que aportar valor a  nuestros contactos…

Crecer y poner sobre la mesa lo que hacemos, lo que producimos, lo que creamos… el impacto (positivo) que generamos en los demás.

Momentos en los que tenemos que conseguir el equilibrio entre lo que hacemos y lo que vamos a conseguir y no ser equidistantes en nuestra actitud, en nuestro pensamiento, en nuestra planificación. Tiempo de dedicación, no tiempo de pereza…

Recuerdo cuando empecé a trabajar en el sector en el que estoy actualmente hace ya 15 años… Se trataba de vender, de tener buenos números, de cumplir objetivos, de rentabilidad. Ahora pasado este tiempo veo que resultaba rentable, vendía, producía, que aprovechaba ( o al menos lo intentaba) las oportunidades que me daban o que me creaba… pero sobre todo dejaba mi sello y intentaba crear valor a mis clientes.

Con la vista atrás me voy dando cuenta de cómo rentabilizaba mis acciones, de cómo procuraba generar valor a mis clientes, de conseguir que mi producto fuese el escogido… Formas y maneras… Acciones que aportaban valor al cliente y esa era la diferencia. Ese punto que hacía que tu opción fuese la elegida. No te vendías tú, vendías lo que hacías, tu actividad, el valor real de tu producto, la seriedad y la profesionalidad que daban empaque a tu actitud.

Se trataba de vender el QUÉ, pero ofreciendo el PORQUÉ y el PARA QUÉ y ese era el valor adicional de la venta («No nos vendemos nosotros sino aquello que hacemos u ofrecemos a los demás)*

Te sentías orgulloso cuando te identificaban, cuando eras señalado habitualmente por tus clientes como la opción escogida, cuando eras la solución en un caso concreto. Al final no hay que olvidar que todos somos vendedores.

Compraban (y te compraban) por tu trabajo, por tu resolución, por tu seriedad, por tu actitud, por tu honradez… Te compraban por tus valores mostrados en tu actividad diaria. Los valores que te precedían, que irradiabas en el contacto diario, los valores que te dan forma y que te moldean en tu actividad en el día a día…

Llámalo venta, llámalo relaciones, llámalo seriedad, llámalo trabajo diario… Personal Selling

Razones para ser equidistante? No… Motivos para ser equilibrado.

Han tenido que pasar varios años para darme cuenta de ello. Lecturas, madurez, pensamientos…

Años en los que ves que te salen las cosas, años en los que te ves reconocido, te sientes elegido, te ves capaz de todo lo que te pongan delante (sin caer en la arrogancia). Momentos en los que parece que abarcas más de lo que puedes, en los que das un paso más, un compromiso más, subes un escalón más…

Sin disposición, sin animo, sin buenas conductas, sin seriedad probablemente nada de lo que cuento hubiese pasado.

Llega el momento de saber como plasmar y poner en valor lo que haces. De gestionar lo que aportas, lo que te diferencia y te hace singular, lo que permitió que tus clientes te eligiesen a ti entre la infinidad de opciones disponibles.

No se trata de venderte (equilibrio), se trata de mostrar tus valores, esos valores que te hicieron ser la bola preferida, esa opción que hacía que tus clientes la mayoría de las veces se acordasen de ti y optasen por tus servicios…

Remarcar  la necesidad de potenciar nuestra Marca Personal en nuestra actividad profesional «Lo más importante no es lo que vendes, sino porqué te compran. Más importante que lo que vendes, es quién lo vende (Francisco Alcaide)»**

Llámalo confianza, llámalo imagen, llámalo trabajo… Personal Selling… pero ha llegado el momento de mostrarlo.

Equidistancia? No, equilibrio.

 

*Ricard Pons, ¿Personal Branding o Personal Selling? Soy mi marca

** David Asensio, Mofeta Branding (Versos & Reversos Editorial)

 

Video: Los Ronaldos «No puedo vivir sin ti»

Llevas años enredada en mis manos,
en mi pelo, en mi cabeza
Y no puedo más, no puedo más.

Deberia estar cansado de tus manos,
de tu pelo, de tus rarezas.
Pero quiero más, yo quiero más.

No puedo vivir sin ti, no hay manera,
no puedo estar sin ti, no hay manera.

Me dijistes que te irías, pero llevas en mi casa
toda la vida.

Se que no te irás, tu no te irás…

Has cambiado tu bandera,
transpasado la frontera,
eres la reina.
Siempre reinarás, siempre reinarás.

No puedo vivir sin ti, no hay manera,
no puedo estar sin ti, no hay manera.

Y ahora estoy aquí esperando,
a que vengan a buscarme,
tu no te muevas.
No me encontrarán, no me encontrarán.

Yo me quedo para siempre con mi reina,
y su bandera.
Ya no hay fronteras
me dejaré llevar, a ningun lugar.

No puedo vivir sin ti,no hay manera
no puedo estar sin ti, no hay manera

 

Triunfalismo, pragmatismo y actitud

«No se trata de triunfalismo, se trata de querer, de pensar y de actuar»

Esta semana escuché esta frase a un colega hablando en un ámbito totalmente distinto al que quiero expresar en estas líneas. Pero me pareció una frase tan contundente , un mensaje tan claro y directo que de ahí sale este post.

Al final (y al principio) se trata de ACTITUD, de hacer, de actuar… no de quedarse en una mera declaración de intenciones.

Pero porqué y para qué es necesario pasar a la acción? Sobre todo para que pensamientos que tenemos, barreras que a veces nos bloquean por múltiples creencias sean finalmente tan mínimas que al poco tiempo ni nos acordemos de ellas.

¿Cómo aprendimos a andar? Cayéndonos!!!

¿Cómo aprendimos a leer, a sumar? Practicando

Claramente estoy hablando de actitud. Tu ponte a hacer y la actitud sale sola (@marcapersonal)

Querer es poder!!! Pero no solo influye en todo esto el aspecto puramente volitivo. Si no damos ese paso, subimos ese escalón más , todo el tema , todo el asunto queda en una mera promesa sin fondo.

Unas veces actuaremos por placer, otros por mandato de nuestros superiores, incluso otras veces por aspectos o fines puramente punitivos (quien no recuerda los deberes en el colegio, obligatorios en mis tiempos del colegio)

Lo bueno de hacer, de plasmar esta actitud es que al final los actos se convierten en hábitos y lo que antes eran actitudes limitantes, actitudes pesadas, y cargantes se transforman en conductas normales y habituales que nos proporciona un claro rédito. Somos capaces de superar carencias previas con ganas, con hechos, con actitud.

Lo que debemos buscar es un método, una forma de trabajar en la que el placer por lo que hacemos o incluso la calidad de lo que hacemos, o meramente cumplir lo que nos piden sea un empuje para pasar a la acción. De ahí el pragmatismo de la actitud.

Cada uno tendrá su propia motivación, su objetivo o su terapia para ponerse en marcha. El hecho es ponerse a hacer, para lo demás cada uno tiene su propio estímulo para dar un paso adelante.

Video : Los Flechazos «Suzette»