Razones para escribir sin hache

 

No pretendo con este post dar lecciones de ortografía, ni meterme en polémicas, ni promulgar nuevas reglas de escritura. Los que me leéis habitualmente ya sabéis que me gusta mucho leer y devoro libros a una velocidad supersónica. Pero no, este post no va de ortografía, ni de reglas ni de sugerencias…

Este post va de la necesidad de explicarme, de ser escuchado, de poder trasladar mi necesidad de comunicación…Intentar al menos poder liberarme y sacar los vicios que llevo dentro.

Escribo a quemarropa y me salen las palabras a borbotones. Escribo por no gritar, por hambre, por necesidad… Y paso a detallar el porqué y las razones del post.

Escribir va sin hache igual que actitud también va sin hache. Necesito actuar, pasar a la acción, no seguir dando vueltas a las cosas. Actitud en sentido puro, actitud para ponerse, para mojarse, para hacer…

Escribir también va sin hache como también innovación. Pasar del campo del pensamiento y de la creatividad a plasmar lo que se me ocurre, a ponerse manos a la obra, a hacer… Harto de ideas sin plasmar, de consensos sin resultado, de pendrives sin capacidad…

También emoción se escribe sin hache. Las ganas, los sentimientos… Las emociones son fundamentales en mi vida y en mi actividad. Soy una persona muy emocional y pasional y a menudo estos sentimientos  me nublan la razón: Sé que en el equilibrio está la solución, pero… (se intenta)

Empezar tampoco lleva hache. Ponerse, plasmar… Al comienzo siempre le siguen los resultados (buenos o malos) pero hay que empezar para no quedarse rezagado, para poder ser zapador en tiempos inciertos, para poder marcar el camino y no ser a posteriori uno más. Avanzar (también sin hache) no solo en el espacio físico, sino también en el desarrollo, en el conocimiento… Aprendizaje puro (sin hache) y aquí entra de nuevo la palabra acción, ponerse, desarrollarse, leer… Aprender.

Aprender para no quedarse atrás, para saber que nos resetearemos una y otra vez… Evolución (sin hache) en estado puro. Evolucionar para cambiar, evolucionar para hacer (con hache), para saber, para crecer, para avanzar, para poder dejar de lado a personas que no suman, que son rémoras en tu camino, personas que te anclan en su propio decrecimiento… A menudo hay que saltar muros para saber lo que hay detrás.

Y siempre con el equipo, de nuevo sin hache, como apoyo, como el medio y el fin, equipo por las personas, por la confianza mutua, por la influencia, por el desarrollo, como centro del motor para que todo carbure… Es el elemento fundamental para que todo fluya.

Y no me quiero dejar otras palabras fundamentales como energía (pasión) por lo que haces, ambición en cuanto a la consecución de resultados (tangibles o intangibles), ilusiónY agradecimiento!!! Saber lo que los demás te han aportado, lo que has podido aprender de otras personas, lo que te han hecho crecer… Dar las gracias siempre es fundamental. Poner en valor el trabajo, el conocimiento de otra gente y el impacto que su apoyo e influencia te han dado en los buenos y en los malos momentos…

Hay tantas razones para escribir sin hache como palabras me van viniendo a la cabeza. Cada uno tenemos nuestra razón, nuestro motivo…Y es cuando tenemos que preguntarnos, tenemos que conocernos… Autoconocimiento para crecer y para evolucionar, para dejar errores atrás, para aprender a desaprender.

No soy un talibán contra la hache y no quiero dejar palabras claves que también se merecen estar aquí… Honestidad, honradez, humildad, humanidad… Valores fundamentales para tener siempre presente en la gestión de todos esos verbos que van sin hache…

Vídeo: Joaquín Sabina (Dieguitos y Mafaldas)

 

 

 

 

 

 

A contracorriente

 

Siempre a contracorriente… Es una particularidad, un distintivo, un hábitat natural. Vivimos tiempos en los que lo normal es ir en grupo, a la sombra, dentro de la seguridad del grupo. Proliferan las modas, las tendencias, el seguir lo que hace la mayoría para intentar abandonar el camino al mínimo atisbo de duda.

Estamos acostumbrados a mirar con recelo, a criticar y a vilipendiar a los que eligen otro camino, a los que escogen otra vía, a los que se alejan de la masa, para (paradójicamente) alabarles cuando logran sus objetivos. Sin darse cuenta que son los que marcan tendencia, los que promueven el cambio, los zapadores que abren nuevas vías, los que marcan la diferencia y los auténticos referentes a seguir.

Son personas que provocan los cambios, que se cuestionan el porqué para entrar luego a fondo en el cómo. Crean nuevos hechos, tienen dudas pero se deciden sin miedo ante las dicotomías que se les presentan en su día a día. No les importan las críticas y saben como inmunizarse ante ellas.

Actitudes, hechos y resultados que hacen que siempre estén en nuestra mente. Pasión por lo que hacen, por lo que creen, ganas de innovar (pasando del pensamiento a la acción)…siempre con ganas de avanzar, sin importarles el resultado… Momentos de acción, momentos de simplicidad, momentos de confianza.

Saben que las cosas hay que hacerlas para saber por qué se han hecho.

Siempre he visto personas así, personas admirables a las que no les importa cómo sople el viento, gente creativa que actúa, que piensa y plasma, que se equivoca y sigue. Siempre a lo suyo, siempre adelante.

Gente que se motiva (automotiva), que ve oportunidades donde los demás solo ven amenazas, personas que se cuestionan a menudo su estatu quo, su buen hacer, sus buenos resultados, sus creencias…

Se trata de pensar, pararse, cuestionarse, de ser inquisitivo con uno mismo y sus limitaciones, se trata de sumar y de colaborar y sobre todo de pasar a la acción.

Son actitudes de crecimiento, actitudes de superación, actitud de escuchar, actitud de asumir críticas, de mirar al frente… actitud de ir contracorriente, de tener retos, de tener objetivos… Actitud de crear y de aportar valor.

Momentos de trabajo, momentos de diferenciarse, momentos creativos…tiempos innovadores.

Son personas con una  hoja de ruta  muy clara, que saben dónde dirigirse y cómo, ven beneficios donde los demás solo ven tiempo perdido.

Gente que trabaja y crea, gente que se diferencia y marca el camino, que siembra sin importarle cuando recogerá el fruto de su actividad…

En esa diferencia está la clave… Diferenciarse aportando valor*… Cada uno tiene que decidir por él mismo, es libre de dirigir la manera de gestionar su actividad, su trabajo, sus objetivos… La oportunidad de autogestionarse, de crecer, de mostrar todo el valor que uno puede aportar en su actividad habitual, de que le conozcan por lo que hace más que por lo que dice…

Definitivamente es infinitamente mejor que te compren por lo que produces, por lo que vales y no por lo que dices que vales. Esa gestión es nuestra y la gestión de la visibilidad debe ser intransferible.

Todos sabemos lo que llevamos en la maleta y es nuestra mano poder mostrarlo…Tenemos las herramientas y usarlas es una cuestión de actitud, de proactividad, de hechos… De no ser uno más y de poder enseñar esa característica tan personal que hace que seas tan diferente de los demás y mostrar ese valor que aportas.

No se trata de algoritmos, se trata de ser uno mismo.

Hedonismo? Individualidad? Vanguardismo? NO, solo trabajo y visión.

*»Si no aportas, no importas» Guillem Recolons (EKHuelva 2018)

Vídeo: El Canto del Loco «A contracorriente»

 

 

 

Malos vicios

Tengo la costumbre de leer mucho. Es un hábito que desde pequeño cogí sin que nadie me guiase ni me aconsejase. Estos «malos vicios» han hecho de mi una persona inquieta, con ganas de evolucionar y de nunca pararme a pensar en lo que pudo ser y no fue.

Gracias a estos malos vicios se ha fomentado en mi una creatividad y una cantidad de pensamientos y actividades que puede dar la sensación que me desbordan, pero nada más lejos de la realidad.

Lo que he logrado es descubrir lugares recónditos en mi cerebro que están en constante y permanente ebullición.

Al principio era imaginación, pero con el paso de los años se fue transformando en hechos tangibles, actitudes y momentos que al salir daban la sensación de tenerlos perfectamente planificados. En ese instante es donde decidí dar el paso, salté de la imaginación a la creatividad, del dicho, de la palabra al hecho.

 

Leyendo «El Elemento» de Sir Ken Robinson me he visto reflejado por momentos. Todo empieza, todo se cierra, todo son ciclos… Imaginación, creatividad, actos, resultados, valoraciones y vuelta a empezar…

Estos «malos vicios» han hecho de mi lo que soy. Cuando veo que hay gente que no lee pienso en la cantidad de oportunidades que están perdiendo en su vida diaria, en las muchas opciones para resolver sus problemas, en las risas perdidas, en los viajes soñados… Malos vicios que seguiré cultivando, que seguiré regando, que seguiré fomentando.

Leer es aprendizaje, es conocimiento, es autoconocerse, es creatividad, es búsqueda, es avanzar, es verse reflejado en espejos… Dicen que todos somos distintos, pero no hay que olvidar que compartimos un 99,9% de ADN y por eso no estamos tan lejos unos de otros.

Cuestión de talento, cuestión de actitud, cuestión de valores, cuestión de imaginación…Lo dicho «malos vicios»

Fotos: Librería Arabe (Burdeos)

Vídeo: La Unión (Tren de largo recorrido)