Tengo la costumbre de leer mucho. Es un hábito que desde pequeño cogí sin que nadie me guiase ni me aconsejase. Estos «malos vicios» han hecho de mi una persona inquieta, con ganas de evolucionar y de nunca pararme a pensar en lo que pudo ser y no fue.
Gracias a estos malos vicios se ha fomentado en mi una creatividad y una cantidad de pensamientos y actividades que puede dar la sensación que me desbordan, pero nada más lejos de la realidad.
Lo que he logrado es descubrir lugares recónditos en mi cerebro que están en constante y permanente ebullición.
Al principio era imaginación, pero con el paso de los años se fue transformando en hechos tangibles, actitudes y momentos que al salir daban la sensación de tenerlos perfectamente planificados. En ese instante es donde decidí dar el paso, salté de la imaginación a la creatividad, del dicho, de la palabra al hecho.
Leyendo «El Elemento» de Sir Ken Robinson me he visto reflejado por momentos. Todo empieza, todo se cierra, todo son ciclos… Imaginación, creatividad, actos, resultados, valoraciones y vuelta a empezar…
Estos «malos vicios» han hecho de mi lo que soy. Cuando veo que hay gente que no lee pienso en la cantidad de oportunidades que están perdiendo en su vida diaria, en las muchas opciones para resolver sus problemas, en las risas perdidas, en los viajes soñados… Malos vicios que seguiré cultivando, que seguiré regando, que seguiré fomentando.
Leer es aprendizaje, es conocimiento, es autoconocerse, es creatividad, es búsqueda, es avanzar, es verse reflejado en espejos… Dicen que todos somos distintos, pero no hay que olvidar que compartimos un 99,9% de ADN y por eso no estamos tan lejos unos de otros.
Cuestión de talento, cuestión de actitud, cuestión de valores, cuestión de imaginación…Lo dicho «malos vicios»
Fotos: Librería Arabe (Burdeos)
Vídeo: La Unión (Tren de largo recorrido)